De puro parlanchín, el niño Géminis logrará que Escorpio recurra a los tapones para los oídos.
Su chachara es constante y su madre es incapaz de soportar tanto; pero Escorpio ama a este hijo de mirada brillante por ser tan inteligente y vital; y seguro que sabrá presumir de él con las amigas.
Ambos están bien provistos de energía, y mamá puede entenderse fácilmente con el díscolo comportamiento de Géminis. Sólo se preocupará cuando le parezca que él escapa a su control. A mamá Escorpio le gusta saber que es ella quien manda, y no permitirá que el precoz y pequeño Géminis diga otra cosa.
Tal vez surjan problemas porque a Géminis le gusta sentirse libre. Su madre tendrá que ingeniárselas para hallar maneras de mantener a su hijo dentro de los límites sin por eso dejar de ampliar su libertad.
Con esto evitará que Géminis se sienta frustrado y enojado, cosa que la enfurecería aún más. Mamá debe comprender que él anhela excitación, novedad y cambio, y le permitirá su cuota de autonomía.
A la madre Escorpio le gusta que su casa esté ordenada y se rija de acuerdo con una rutina donde se observen las reglas. A Géminis le resulta casi imposible observar una regla que no le haya sido antes completamente explicada, y la rutina le aburre.
El niño Géminis prefiere un ambiente donde haya lugar para la espontaneidad y la diversión, así que hijo y madre tendrán que encontrarse a mitad de camino si quieren ser felices.
Escorpio amará secretamente el carácter juguetón de su hijo, porque él ilumina su corazón y le impide tomarse la vida demasiado en serio. Y Géminis aprenderá una valiosa lección del poder permanente de mamá, y se sentirá dichoso por los logros reales que alcanzará gracias a su firme respaldo.
