El amor no es un examen que puede aprobar o suspender. Ésa es la primera lección que Virgo debe asimilar: trate de ver la pasión no como una prueba de todo o nada, sino como una parte natural de la vida, y si lo consigue habrá iniciado el camino para tranquilizarse y aprender a amarse a sí mismo, que es el primer paso para amar a los demás.
Realmente, usted merece ser amado.
Por raro que le parezca, un amante no lo abandonará porque usted no sea perfecto. En realidad, es probable que lo prefieran así, pero usted debe cumplir con su parte abandonando ese nivel de exigencia tan elevado que ni siquiera un superhombre o una supermujer podrían alcanzar.
Dé un poco, viva un poco más. Una técnica de relajación puede impedir que las preocupaciones y la inseguridad de Virgo invadan su vida amorosa. Practique algún deporte y libérese de la tensión y la frustración acumuladas pegándole a un almohadón de plumas. La próxima vez que se enfrente con una interminable lista de trabajos urgentes, rómpala y lleve a su hijo al parque de atracciones.
Usted tiene tanto amor, tanta risa sepultada bajo su controlada superficie, que debe aprender a dejarlos salir. Todo lo que tiene que hacer es un pequeño ajuste en las prioridades. Cuando se sienta sexy, haga el primer movimiento, aun cuando las medias sueltas estén esperando que las acomode en pares. A su pareja le encantará, ya que sabe que Virgo aborrece sentirse vulnerable…, y que odia dejar trabajos por terminar.
Procure tratarse con tanto amor como a los demás; cómprese ropa interior fina, ejercite su cuerpo, concédase cada día un tiempo libre para hacer lo que más le guste. Estimular su autoestima sazonará el sexo y lo ayudará a silenciar las críticas sarcásticas que a veces salen de su boca de manera irrefrenable. Y sobre todo, acepte que el amor no puede ser perfecto: que sea bastante bueno suele bastar a la mayoría de las personas, ¿por qué no también a Virgo?
