El jefe Virgo

Si tienes un jefe Virgo, se bueno con él, que probablemente tiene desdichas y preocupaciones secretas. La gente de Virgo no nació para ocupar cargos de ejecutivos que imponen su dirección a la gente, y no tardan en lamentar la decisión de haber querido abarcar más de lo que pueden apretar. Es claro que determinadas posiciones planetarias y aspectos de su carta natal pueden hacer que haya nativos de Virgo sumamente competentes en situaciones de poder, pero son los menos. Es posible que los que conozcas con tales cualidades puedas contarlos con los dedos de una mano.
Típicamente, Virgo se desempeña mejor como el poder oculto tras el trono, el que con eficacia lleva a la práctica las ideas de otros. Se siente más feliz y se maneja mejor en la restringida situación de presidente del Consejo de Administración que como ejecutivo de una gran sociedad anónima, encargado de hacer frente a los problemas de sus empleados y de dar una buena imagen de la empresa. Lo último que quieren la mayoría de estos nativos es verse glorificados teniendo que escuchar los problemas de todo el mundo. Bien sabe Dios que con los propios ya tienen bastante para preocuparse durante toda la vida, aunque muchos de ellos sean imaginarios.
Hacer frente a la tensión de ser el responsable de las acciones impulsivas de sus socios progresistas, dar órdenes a los subordinados y llevar adelante las relaciones publicas al tiempo que hacer malabarismos con las finanzas de esos grandes imperios exige una piel mas resistente y un ego mas inflado de lo que se encuentra en el Virgo típico. Una de las razones de su incapacidad para convertirse en ejecutivo es que tiende a ver con mucha claridad los árboles y a olvidarse completamente del bosque; el mismísimo rasgo que lo convierte en una joya inapreciable como hombre de confianza del presidente de una empresa. No será él quien vea los grandes rasgos del cuadro, pero puede precisar las imágenes que otros, mas agresivos, pintan de manera tan descuidada. Si alguien es capaz de manejar proyectos complicados y sacarlos adelante con un mínimo de errores desastrosos, ese es Virgo. Es capaz de tomar los proyectos mas disparatados, llenos de mil peligrosos cabos sueltos, y llevarlos a la realidad. Jamás se debe desperdiciar un talento como el suyo poniéndolo en primera línea, donde no tenga la calma y el aislamiento necesarios para que lleve a cabo sus minuciosos milagros.
En realidad, si se ve obligado a demostrar ante el público su magia organizativa, es posible que Virgo de la impresión de no ser sincero, cosa que de ningún modo es verdad, aunque sea precisamente la acusación que suele hacérseles a los nativos de este signo cuya vanidad oculta les lleva a ocupar cargos de esta índole.
Virgo no se andará con muchos miramientos cuando se le pide una opinión crítica, y admitamos que un ejecutivo muchas veces tiene que sonreír y decir “si” aunque piense que “no”, o fruncir el ceño y decir que “no” cuando piensa que “si”. Todo eso es parte del juego, pero Virgo llama al pan pan, y al vino vino, y no entiende nada cuando se le acusa por no haber hecho como si fuera pavo trufado.
Por ende, cuando Virgo ocupa un puesto de gran importancia suele recurrir al engaño como autodefensa, pero como decididamente engañar no es uno de sus talentos innatos, acaba siendo acusado de falso e hipócrita. Es una pena, con el odio que tiene a la hipocresía, pero es el precio que paga por ocupar un lugar para el cual no estaba hecho. Los interminables y gárrulos almuerzos con clientes a quienes hay que atender y agasajar pueden llevar a Virgo a refugiarse en una ermita después de unos meses, o a un grave colapso mental si la situación se prolonga durante unos años.
Cualquier Virgo que haya aprendido a conocerse termina por saber que para él lo mejor es encargarse del trabajo de hacer funcionar el mecanismo interno de la organización, y dejar que sea algún otro el que salga en las fotos publicitarias. Si está realmente dedicado a su trabajo (¿y que Virgo no lo está?), desdeña secretamente las actividades sociales y políticas en que se ve obligado a participar el jefe de la empresa, porque le hacen descuidar sus obligaciones… y puedes estar seguro de que eso de descuidar sus obligaciones no es cosa que Virgo se tome a la ligera.
Aun así, si el negocio es pequeño y no tiene más de una docena de empleados, digamos, Virgo puede hacer un buen papel como capitán del remolcador. Sin duda, no lo dejará chocar con ningún escollo imprevisto, ya que todos los riesgos potenciales estarán detalladamente registrados en su carta, del revés y del derecho. Pero un gran negocio y el nativo típico de Virgo, simplemente no combinan, aunque pueda haber alguna ocasional excepción de la regla. Un Virgo con ascendente en Cáncer y la Luna en Capricornio, por ejemplo, puede ser harina de otro costal. Este si que podría ser brillante como jefe de una gran empresa, así como el nativo medio se desempeña generalmente bien al frente de una empresa pequeña. También son gente que se distingue en la dirección de grupos de experimentación científica en los cuales lo fundamental es una investigación escrupulosa y detallista.

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