Cómo entender los signos solares 1

A esos dos días se les llama las cúspides, y no hay que dejarse confundir por ellos. Hay astrólogos que les asignan incluso un tiempo mas largo, pero de cualquier manera, es un punto en el que se ha insistido demasiado para el lego. Dígase lo que se diga, si cuando el lector nació el sol estaba en Géminis, pues estaba en Géminis, por más cerca que estuviera de la cúspide, y a otra cosa. Las influencias del signo anterior o posterior a Géminis que pudieran actuar sobre su personalidad jamás llegarían a hacer de las características de Géminis algo tan nebuloso que el nativo se convirtiera en un Tauro o en un Cáncer. Nada puede oscurecer el brillo del sol mientras éste se encuentra efectivamente en un signo, y las variaciones que se derivan del hecho de haber nacido en una cúspide no son nunca tan notables que lleguen a alterar sustancialmente la personalidad solar básica. Lo importante es establecer, mediante la hora del nacimiento, que el sujeto nació efectivamente en una cúspide y, una vez tenido esto en cuenta, olvidarse de ello.
¿Qué es una carta natal? Se la puede considerar como una fotografía de la posición exacta de todos los planetas en el cielo en el momento del nacimiento; la imagen se obtiene mediante precisos cálculos matemáticos. Aparte del Sol y de la Luna (las dos luminarias), hay ocho planetas que influyen sobre la vida, de acuerdo con los signos en los cuales se hallaban en el momento del nacimiento, con su distancia recíproca en grados (aspectos) y su situación exacta.
Si el lector nació el 9 de junio, naturalmente es Géminis, porque el Sol estaba en Géminis, y en su carácter aparecerán ocho de cada diez rasgos de Géminis. Sin embargo, es posible que la Luna, que rige las emociones, estuviera en ese momento en Aries y coloree las actitudes emocionales del nativo con matices arianos. Mercurio, que rige la mente, tal vez se hallara en Cáncer, de manera que sus procesos mentales mostrarán con frecuencia la naturaleza de Cáncer. Si Marte, que rige entre otras cosas el discurso y los movimientos, se hallaba en Tauro, el nativo hablará con bastante lentitud, como un Tauro. Quizás Venus estuviera en Capricornio, lo que le daría esencialmente la actitud de este signo en los aspectos amorosos, artísticos y creativos… y así sucesivamente, con los demás planetas. Sin embargo, ninguna de estas situaciones borrará totalmente las cualidades básicas del Sol en Géminis; simplemente, matizará los detalles de una personalidad compleja.
Hay otros factores que es menester considerar si se pretende alcanzar un cien por ciento de exactitud en el análisis. Para empezar, los aspectos formados entre los planetas y las luminarias en el momento del nacimiento pueden modificar sus posiciones en los signos. Pero la consideración más importante es el ascendente –es decir el signo que se elevaba sobre el horizonte hacia el este en el momento en que el nativo respiró por primera vez– y su grado exacto. El ascendente modifica en gran medida el aspecto personal (aunque también el signo solar tenga mucho que decir al respecto) y forma la verdadera naturaleza intima del nativo, sobre la cual se basan las motivaciones del signo solar. Si el ascendente del lector es Acuario, por ejemplo, es posible que tenga fuertes tendencias acuarianas que le lleven a preguntarse por qué las descripciones de su Sol en Géminis no incluyen todas sus idiosincrasias y secretos anhelos. Las dos posiciones más importantes en cualquier carta natal, después del signo solar, son el ascendente y el signo lunar.
Puede ser interesante que el lector pida su ascendente a un astrólogo (la forma mas rápida de hacerlo es por teléfono) y lea después la descripción de ese signo, junto a la de su signo solar. Se encontrará con que la mezcla de ambos configura, en grado notable, su personalidad total. Si incorpora a los otros dos el signo lunar, como tercer integrante de la mezcla, obtendrá finalmente una imagen mas completa.
Veamos ahora las casas del horóscopo, es decir las localizaciones computadas matemáticamente en la carta natal que ejercen su influencia sobre las diferentes áreas de la vida del nativo. Las casas son doce, una para cada signo. La primera casa está siempre regida por el signo del ascendente, y así sucesivamente, en sentido contrario al de las agujas del reloj sobre el círculo que forma el horóscopo. El astrólogo que ha calculado cuidadosamente la carta natal del nativo, basándose en la hora exacta de su nacimiento y en su situación geográfica, debe interpretar el significado de la influencia de cada signo sobre estas casas –o situaciones– teniendo también en cuenta los planetas que caen en sus áreas especificadas. La combinación de todos los factores citados para analizar el carácter, las potencialidades y las indicaciones de errores y posibilidades, presentes y futuras, del nativo (las cuales se basan en el desarrollo y desplazamiento de los planetas a sus posiciones planetarias natales) es lo que constituye el arte de la síntesis en astrología. Es eso lo que exige al astrólogo tiempo, talento, esfuerzo y conocimiento. El cálculo de la carta natal en si es una tarea relativamente simple si se siguen ciertas fórmulas matemáticas.

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