Papá Acuario rebosa vida y entusiasmo; es amable y tolerante, inteligente y amistoso. Pero hay días en que parece atrapado en su propio mundo de intereses adultos, remotamente alejado de su pequeña hija Tauro, que no para de pedirle cosas, que quiere sus abrazos, su compañía y su tiempo.
El padre Acuario tiene que recordar que no debe estar distante cuando Tauro esté cerca, pues eso debilitaría su inestable sensación de seguridad. Su hija podría entonces tornarse obstinada y dejar de responder a sus atenciones, en vez de ser la niña cooperativa, brillante, amante de la paz e idealista que el padre Acuario quiere que ella sea.
Tauro se siente confundida o simplemente avergonzada cuando Acuario actúa en contra de la normalidad, como es su estilo, por otra parte. Se siente mejor cuando él se mantiene dentro de los límites, actúa como los otros padres y puede ser clasificado como un hombre perfectamente común. Y aunque esto pueda no sentarle bien a Acuario, para Tauro es muy importante ser como los demás. Todo gira en torno a su búsqueda de seguridad, porque la niña Tauro, verdaderamente, se siente perdida sin seguridad.
A papá no le importa que Tauro sea un poquito obstinada; incluso puede que la anime a que lo sea, pues es de la opinión de que de ese modo ella expresa su propia voluntad y aprende a plantarse sobre sus pies. Pero es difícil que se lo diga a ella. Tratará de que mamá se ocupe del tema, ya que Acuario no disfruta con los cara a cara emocionales.
Papá cree que es importante que su hija aprenda a tratar con los demás sin perturbarlos. Formar parte de un grupo es vital para él, y no le gustaría que su hija se sintiera excluida. Ambos tienen ideas muy difíciles acerca de lo que significa pertenecer a algo o a alguien. Tauro piensa que sólo es cuestión de adaptación, mientras que Acuario cree que se trata de aportar ideas nuevas y mantener la paz.
Lo que papá debe comprender es que su manera de tratar a los niños otorga demasiada libertad a un tipo terrenal como es Tauro. Su hija desea que le diga qué debe hacer, y también que le enseñe cómo hacerlo; quiere que le confirme que están haciendo lo correcto; se preocupa si piensa que se espera demasiado de ella y le entra el pánico si las reglas no están claramente definidas o no se mantiene una rutina que ella pueda asimilar.
Papá podrá amar su libertad, pero su hija no. Piense en lo que su hija necesita. Usted es tan bueno enseñando lo que está bien y lo que está mal, si se decide a hacerlo; y tiene a una hija muy dispuesta a escucharle.
