La pequeña Tauro adora la casa acogedora y cálida que mamá Tauro ha creado. La atmósfera de dicha doméstica segura hace que la niña se sienta amada, protegida y en paz. También le gusta que su madre sea tan tradicional, convencional, sólida y fiable. Siente que sabe dónde se encuentra, y que mamá está contenta con ella tal como es y que nunca esperará que se destaque de la manera como podrían hacerlo otros padres.
Mamá Tauro crea una rutina estable que hace que su hija se sienta segura en su mundo. Comprende sus necesidades emocionales y comparte su amor por el contacto físico y la comodidad que ofrecen las posesiones materiales. Le enseña modales, sinceridad, amabilidad y consideración. Es una realista sensata y encuentra en la joven Tauro una niña que aprende sus lecciones de buen vivir sin oponer ninguna resistencia.
Pero no todo es dulzura y luminosidad, y tal vez surjan problemas si se produce una pelea. Dos toros bufando preparados para embestir pueden ofrecer un espectáculo preocupante. Y ninguno de estos obstinados tipos taurinos es capaz de considerar siquiera la posibilidad de retroceder.
Mamá Tauro debe aprender a ayudar a su hija a expresar sus necesidades y emociones para que estas ebulliciones sólo sucedan raramente. Necesita lograr un equilibrio entre la placidez y la cólera extremas, para evitar frustrarse también ella.
Cuando se trata de comer, mamá Tauro es una buena cocinera. ¡De ahí que la pequeña Tauro siempre acabe con todo lo que tiene en el plato y aún pida más! Las habilidades culinarias de mamá, sumadas a los dulces con los que la pequeña Tauro se deja sobornar tan fácilmente, pueden dar como resultado una criatura tirando a rechoncha; así que tengan cuidado.
La joven Tauro aprecia que mamá no la obligue a salir todo el tiempo, y que no le preocupe que no le atraiga practicar ningún deporte. Aunque sí estimule su amor por las artes, existe el riesgo de que la madre Tauro no aliente lo suficiente a su hija, pero la niña crecerá por lo menos con un sentimiento de cálida seguridad. Ella adora los abrazos reconfortantes de su mamá, su paciencia, amabilidad y comprensión, y sobre todas las cosas, el hecho de que la acepte tal como es.
