Estas dos fuertes personalidades pueden llevarse realmente bien, si se lo proponen. Pero ambas son de tipo decidido -y obstinado- que no piensa cambiar de parecer; así que será mejor evitar las pequeñas discusiones, que pueden convertirse en interminables.
Mamá deberá estar preparada para apaciguar las aguas turbulentas y recordar que su hija es sólo una niña. Nada ganará si se empecina. Pruebe con mimos en vez de provocar uno de los humores obstinados de Tauro.
La madre Escorpio también debe recordar que Tauro no tiene su alto grado de energía. Le gusta marchar a su propio ritmo y tomarse un descanso cuando lo necesita. A su modo alcanzará la meta y probablemente lo hará mejor si no la molestan. Y en efecto, ella desea triunfar, especialmente si el triunfo le proporciona seguridad material. Así que cuando llegue la época de los exámenes en la adolescencia, la niña Tauro trabajará arduamente sólo con que usted le recuerde que podrá obtener un trabajo mejor remunerado si logra buenas calificaciones.
Escorpio estará siempre detrás de su hija, alentándola constantemente a alcanzar sus objetivos, deseando que sea la primera de la clase. En realidad, ella desearía que su hija fuera igual que ella, y que obtuviera las cosas que ella jamás logró. Ésa es una pesada carga para Tauro, que tiene un estilo más lento y se siente infeliz cuando la obligan a adelantarse. Disfruta quedándose en casa, y no siente la comezón de mamá por controlarlo todo, ni tampoco su necesidad de mantenerse ocupada persiguiendo el éxito.
Sin embargo, una vez que Tauro se decide a hacer algo, su madre Escorpio se sorprenderá ante su determinación. Ella apartará a un lado los obstáculos mientras arrasa el camino hacia su meta. Y mamá le brindará una gran ayuda si la estimula a cumplir sus ambiciones; pero siempre que sean las ambiciones de Tauro, no las de mamá.
Tauro adora la estabilidad que le proporciona Escorpio. Ésta es una casa donde se valoran enormemente la seguridad, la rutina, el orden y el comportamiento sensato. Tauro siente que sabe exactamente a qué atenerse, al menos la mayor parte del tiempo; es decir, casi siempre, excepto cuando mamá entra en uno de sus estados reservados, conspiradores, maquiavélicos. En ese caso, Tauro se sentirá confundida y molesta por su estilo controlador. Además esta niña prefiere que todo se exprese con franqueza y que sea fácil de comprender, y si se le oculta algo que está sucediendo, se sentirá muy desasosegada, y temerá por su tan apreciada seguridad.
Escorpio admira la asombrosa calma de su hija; en el fondo desearía poder manejar en una crisis sus propias emociones oscilantes de la misma manera que Tauro parece hacerlo. Pero puede irritarse ante la absoluta negativa al cambio que su hija Tauro manifestará en algunas oportunidades. De todos modos, este par se apoya mutuamente. Escorpio sólo debe recordar que no hay qué forzar a Tauro, y habrá ganado el afecto y el cálido amor de su hija para toda la vida.
