¿Por qué dos personas del mismo signo pueden ser tan distintas?

Muchas veces, nos preguntamos cómo dos personas del mismo signo pueden ser tan distintas, gustarles cosas exactamente opuestas, o tener comportamientos completamente diferentes.

Ejemplos: Si yo quiero ir para allá y el otro quiere ir para otro lado; si a mí me cae bien alguien y, al otro, le desagrada o lo mal interpreta; si a mí me interesa tener determinada experiencia y alguien del mismo signo se siente completamente desinteresado.

Esto que parece un misterio o que, simplemente, muestra a la Astrología como una ciencia ambigua, parece desacreditarla; pero no es así.

En realidad, hay que contemplar muchos más factores a la hora de definir a una persona; por eso, es interesante saber qué otras variables influyen y cuáles son los elementos que nos hacen ser tan diferentes, aunque seamos del mismo signo.

El signo zodiacal y el Sol

Sí es cierto, que el tener el mismo signo zodiacal expresa ciertas características comunes que nos unen a otras personas del mismo signo.

En principio, define a gente que tienen el mismo Sol, como poseedoras de personalidades parecidas.
El Sol, en la Astrología, representa la esencia del ser, lo que somos en realidad y nuestra energía vital, esa que tenemos en nuestro interior, y que se expresa con la mayor intensidad y fuerza.
De ahí que, la posición del Sol defina el signo del que somos.

Ser de Aries o Cáncer, por ejemplo, significa que uno tiene el Sol posicionado en estos signos en su Carta Natal.

Sin embargo, dos personas del mismo signo pueden ser y, sobre todo, mostrarse de formas diferentes; es más, incluso, opuestas, como no tuvieran nada en común.
Esto lo determina otro factor casi tan importante como el Sol y el más expresivo de todos, que es el Ascendente.

El ascendente, nuestro otro yo

Si bien somos en nuestro interior de cierta manera y similar a la de otro signo, el Ascendente determina la forma en que nos movemos, la manera de exteriorizar lo que somos, nuestro carácter, gustos, por lo que se lo relaciona directamente con el ser social.

Nos dice cómo actuamos y de qué forma nos relacionamos con las demás personas, o qué tipo de energía nos moviliza.

Además, el Ascendente habla de lo que viviremos como destino en la vida, qué tipo de experiencias tendremos o si las generaremos nosotros mismos, o si aparecerán como acontecimientos desde el exterior.

Lo fundamental es recordar que el Ascendente supone una energía que tenemos que transitar y vivir, nuestro camino de aprendizaje.

A un signo, pertenecemos o somos, al Ascendente, lo trabajamos y desarrollamos a lo largo de nuestra existencia.

Un mismo signo y distinto ascendente

El Sol y las Casas astrológicas

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