Como reconocer a Sagitario 2

–Todos esperamos que… bueno, no es fácil decirlo, pero esperamos que no arruine usted la fiesta. A esas alturas el editor se había quedado mudo, pero Sagitario no.
–A lo que me refiero es a que esperamos que no nos estropee la velada quejándose de que no puede beber y todo eso. A José le gusta tomarse unas copas, y después de todo, el libro obtuvo el premio de Selecciones Literarias. Si usted anda por ahí como un alma en pena, haciendo sentir desdichado a todo el mundo, será un desastre. Oiga, ¿uno no se contagia al estar en la misma habitación que usted?
El interpelado consiguió tartamudear que no había peligro, y después reunió los jirones de su dignidad herida lo bastante para recordarle que él mismo había ofrecido fiestas a autores como Ernest Hemingway, sin cometer torpeza alguna.
–Siempre me han dicho –profirió entre los dientes apretados– que mis modales son impecables.
Sagitario, sin advertir que su jefe estaba al borde de la apoplejía, se mostró calurosamente de acuerdo con él.
–Seguro, como anfitrión es usted fabuloso. En el mundo editorial no hay quien lo entienda.
Al editor apenas si le quedaba aliento para preguntar que había que entender, y la respuesta de Gema le sacó de dudas.
–¿Como puede ser usted tan impecable como anfitrión y tan insoportable como invitado? Cuando usted da una fiesta es una maravilla, pero cuando va a alguna parte siempre mete la pata de forma espeluznante.
De pronto advirtió que había otra cosa espeluznante: la cara de su jefe, que se iba poniendo de color púrpura. Súbitamente contrita, la cordial Arquera se apresuró a disculparse:
–Ay, espero no haber dicho algo que no debía. De todas maneras no importará como se porte usted, con el afecto que José le tiene. Hoy mismo nos estaba diciendo a todos lo contento que está de haberse decidido a editar su libro en nuestra empresa a pesar de la opinión contraria de su antiguo agente. No entiende por que hablan tan mal de usted. Yo le dije que no son más que celos de la gente. Oiga, no tiene muy buen aspecto, tan rojo. ¿No será mejor que cambie de médico?
(Se rumorea que a partir de esa noche el jefe de Gema volvió a empinar el codo, en forma permanente.) ¿Que si fue despedida? Nadie se va a animar a despedirla. Como dije al comienzo, todos la adoran.
Es difícil estar durante mucho tiempo resentido con el Arquero, siendo tan patente su falta de mala intención. A estos idealistas encantadores e inteligentes se les encuentra en cualquier momento en casi todas partes. Puedes verle arrojar sus azarosas flechas desde la pantalla de tu televisor algún domingo por la noche, dejando a los astros y estrellas invitados aturdidos, mudos y atónitos ante su franqueza. También puede tocarte como taxista algún lunes por la mañana, y explicarte alegremente por que le revientan los pasajeros que son tacaños con la propina… aunque también te lo puedes encontrar un viernes por la noche de camarero en un restaurante, donde te aconsejará con toda seriedad que no pidas ostras porque están un poquito pasadas.
La mayoría de los Arqueros procuran sinceramente levantarte el ánimo. Por lo menos, empiezan con esta intención, pero a veces se les convierte en un adoquín más en el camino del infierno. Una vez tuve un jefe Sagitario que se empeñó en levantarme la moral diciéndome cuanto mejor que lo habitual llevaba el pelo cuando hacia más de una semana que no me lo lavaba ni me lo marcaba. A pesar de todo seguimos siendo amigos, así que ya ves que es inútil exasperarse. Además, de vez en cuando, Sagitario puede salir con una declaración sensacional que realmente te levanta el espíritu y te compensa todo lo demás. Son capaces de ofrecer consejos profundos y sabios, cuando uno se toma el tiempo de analizar sus opiniones. Como Sagitario es signo de fuego, la mayoría de los Arqueros son extrovertidos, charlatanes y directos. Algunos hay que resultan penosamente tímidos, pero incluso esos están llenos de ideas originales, y pueden ser igualmente torpes. En realidad, los sagitarios tranquilos y de modales apocados son capaces de los sueños más grandiosos y de apuntar a las metas más altas. Introvertido o extrovertido, el Arquero es promotor de corazón. Es posible que ese raro ejemplar que no habla mucho esté planeando algo realmente espectacular con que sacudir a un mundo desprevenido. Aunque su lengua calle, su mente está ocupada, de modo que es mejor que recuerdes que su signo siempre estará ahí, en el fondo de su naturaleza, si no quieres que Sagitario te tome por sorpresa con su próxima y pasmosa jugada.

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