Papá Acuario está lleno de energía e ideas nuevas que adora compartir con su pequeño Leo. Papá opina que su hijo es sincero, honrado, abierto y amigable, un agradable amiguito a quien llevar de paseo o a una de esas reuniones sociales que a él tanto le gustan. El niño Leo brilla entre la multitud y papá se sentirá orgulloso de él, siempre que no acapare toda la atención.
Papá Acuario disfruta conversando con Leo, discutiendo de todo lo divino y lo humano hasta muy pasada la hora en que los niños se acuestan. Ambos miran hacia el futuro, son amables y protectores, y adoran sorprenderse uno al otro con bromas y disparates. Papá está lleno de proyectos locos que hacen que Leo, a su lado, parezca un niño absolutamente conservador. Al padre Acuario le encanta diferenciarse de los demás; pero tanto que, aunque su hijo Leo disfruta con su excentricidad, a veces incluso deseará que papá actúe como el resto de los padres.
Leo es capaz de poner las palabras en acción, y Acuario lo admira por eso, porque aunque Acuario es brillante pensando ideas nuevas, se destaca menos haciéndolas funcionar. Leo lo estimulará a hacer realidad sus sueños. Papá podría encontrar demasiado autoritario a su retoño, porque a Leo le gusta tomar el control y dar órdenes; pero el estilo de juego limpio de Acuario no tolerará esto y pronto le bajará los humos a su hijo.
Papá introducirá a Leo en el mundo de los libros, la cultura y la política. Él mismo se comprometerá en campañas políticas y disfrutará asistiendo a debates. Leo es mucho más frívolo y está decidido a gozar de la vida de otro modo; su contribución a la hora de convertir el mundo en un lugar mejor consiste en desparramar por él calidez y entusiasmo, risas y alegría. Leo piensa que papá se divertiría más en la vida si no estuviera tan obstinado en cambiar el curso de la historia.
La casa de Acuario es una especie de austera clínica para Leo: papá llena las paredes de libros y jamás pensaría en comprar sillas confortables ni ese cómodo sillón en el que a Leo le encantaría repantigarse. Acuario lo consideraría una extravagancia, pero la extravagancia es una de las grandes alegrías en la vida del pequeño Leo.
Papá estará encantado de ver el desarrollo de su brillante e inteligente hijo. Y Leo estará agradecido porque finalmente le fue permitido crecer a su propio ritmo, a su propio modo, sin verdaderas interferencias. Papá le habrá enseñado a enfrentarse a la vida y a hacer elecciones sabias.
