El jefe Leo 1

Si él mismo se la pintó de amarillo brillante, aunque claro que tuvo poco cuidado y dejó caer un poco de pintura sobre las teclas. Hester se pasó semanas con los dedos pintados de amarillo, pero no le importaba porque era una delicia lavarse las manos diez veces al día con el jabón perfumado que hace poner el jefe en los lavabos.
Su jefe Leo ayudó al padre de Hester a conseguir otro trabajo, le pagó los gastos del hospital a la madre, y accedió generosamente a dar trabajo a su prima en el departamento de correspondencia. Además, ella está orgullosa de la reputación profesional de su jefe. El año pasado le concedieron dos premios; le está dictando a ella un libro sobre su vida; en Esquire apareció como uno de los hombres mejor vestidos; está enamoradísimo de su esposa, adora a sus hijos y ha conseguido elevar en forma astronómica los beneficios de la empresa, a pesar de los riesgos disparatados que ha corrido un par de veces.
Es raro que se fije si ella se demora un poco más a la hora de almorzar. La semana pasada, le consiguió un apartamento mas grande y de alquiler mas bajo, sin contar con que riñó al novio de Hester porque no la trataba bien. ¿Despedirse? ¿Cómo se le podía ocurrir despedirse?
Si tú, lector, eres un hombre que trabaja para un ejecutivo Leo, tendrás algunos problemas especiales. Muéstrate original, audaz, creativo y trabajador, pero recuerda que él es siempre mas original, audaz, creativo y trabajador que tú… en su opinión, por lo menos. Di que sí a la mayor parte de sus ideas geniales (y en una semana puede tener muchísimas). Y si tienes que decir “no, empieza con una montaña de halagos y termina con otra. En un tipo de sándwich como ese, puede aceptar un no, pero ándate con tacto y mira donde pisas.
Entre los ejecutivos Leo, hasta los más modestos y menos ostentosos tienen abundantes encantos y les encanta difundir luz en torno de ellos. Cuando tu jefe leonino haya obtenido hasta la última gota de reconocimiento que se merece, mas una dosis extra de respeto por si acaso, te enorgullecerá a ti elogiándote un trabajo bien hecho. Leo nunca es avaro en el elogio, pero tampoco se lo piensa dos veces cuando tiene que expresar desaprobación. Es posible que el León muestre muy poca discreción al señalar tus errores. Un empleado de naturaleza muy sensible se encontrará mas cómodo trabajando en otra parte, y lo mismo sucederá con quien, como el propio Leo, tenga un ego de tamaño extra. Hay algo más que simples vestigios de arrogancia en el carácter de tu jefe, pero es probable que se vean atemperados por un cordial optimismo. Bajo su mando, las cosas marcharán sin problemas, como ronroneando. Nacido para mandar, Leo tiene un talento envidiable para asignar a cada cual la tarea adecuada, y ocuparse de que todos la terminen a tiempo.
Las intrigas oficinescas provocaran su enojo. Leo simplemente no puede aguantar que se tengan secretos con el; tiene que saber todo lo que sucede. No te sientas molesto si tu jefe Leo se entromete un poco en tus asuntos privados o te da una conferencia sobre la forma en que tendrías que organizar tu vida personal. Actuar así supone, en realidad, un sello de su regia aprobación. Significa que le gustas tanto que quiere protegerte, ofreciéndote los beneficios de su prudencia y sabiduría.
Un jefe Leo puede ser un ser muy extraño. Es capaz de mostrar una cólera terrible, y de enfurruñarse durante horas a puertas cerradas, si considera que ha sido insultado, pero, a pesar de si mismo, se derrite ante el halago. Son gente que viste bien, come bien y duerme bien. Son comprensivos y generosos con los errores y, si obtienen el respeto que exigen, son capaces de la noche a la mañana de convertir en victoria un fracaso, con una extraordinaria fuerza de carácter. El León obtiene una tremenda satisfacción interior al dar órdenes, y sermonear es una actividad a la que tiene muy especial afición.
Tal vez te haya tocado uno de esos jefes Leo que ocultan su pasión por los reflectores y las candilejas bajo un comportamiento tranquilo, pero la dignidad, el orgullo y la vanidad típicos de su signo solar integran básicamente su naturaleza, lo mismo que la de los tipos mas teatrales. ¿Tienes alguna duda? Prueba a dar el más leve pinchazo a su yo, pero después, ponte fuera de su alcance.
Una vez tuve un jefe Leo, de la versión tranquila de los gatitos, que solía organizar una reunión especial de todo el personal en su despacho, los martes por la mañana. La razón ostensible era mejorar las relaciones laborales, pero el motivo real subyacente en esas sesiones semanales era que constituían la gran oportunidad del tímido Leo para exponer sus ideas ante un auditorio atento. Alma de Dios, si era su momento brillante.
Cuando se le trata bien, nadie puede ser tan encantador como el León. ¿Que importa que busque admiración en grandes dosis para alimentar su vanidad insaciable? La mayoría de las veces se merece realmente que lo admiren. Está bien, es cierto que de vez en cuando se apropia de tus ideas y te niega el debido reconocimiento, y es posible que te hartes de escuchar sus consejos condescendientes, y de decirle lo genial que es. Pero no encontrarás otro jefe que te deje tener el cochecito del bebé junto al escritorio porque te has quedado sin niñera.
Claro que tú habrías preferido tener el día libre y ocuparte del niño en casa, pero tu jefe te necesitaba en la oficina. ¿Y acaso no es él el padrino del bebé?

Signo Leo