A Leo, para solicitarle un favor, hay que empezar por halagarlo.
Eres el mejor amigo que tengo, el más capaz, el más poderoso…, puede ser un buen prólogo para iniciar la charla.
Luego habrá que dejar que el Leo haga ostentación de sus restantes virtudes durante un buen rato y finalmente, cuando su ego esté satisfecho, habrá que pedirle lo que tanto deseamos con voz humilde y actitud de eterna admiración.
El rey, entonces, no se animará a decir un «no puedo» ni un «no quiero», pues temerá con eso destruir su imagen, que es en realidad lo que más lo preocupa.
Además, y esto es preciso decirlo, el León es muy generoso y si tiene algo lo compartirá con los demás.
Eres el mejor amigo que tengo, el más capaz, el más poderoso…, puede ser un buen prólogo para iniciar la charla.
Luego habrá que dejar que el Leo haga ostentación de sus restantes virtudes durante un buen rato y finalmente, cuando su ego esté satisfecho, habrá que pedirle lo que tanto deseamos con voz humilde y actitud de eterna admiración.
El rey, entonces, no se animará a decir un «no puedo» ni un «no quiero», pues temerá con eso destruir su imagen, que es en realidad lo que más lo preocupa.
Además, y esto es preciso decirlo, el León es muy generoso y si tiene algo lo compartirá con los demás.
