El niño Escorpio

La reacción habitual de los orgullosos padres al ver por primera vez al pequeño Escorpio recién nacido es una gran sorpresa. “Tiene un aspecto mucho mas «acabado» que el de los demás bebés que hay en la guardería –murmuran–. Y es mas tranquilo también… y fíjate que cuerpecito tan fuerte tiene. Tienen razón; normalmente, hasta los Escorpio mas diminutos tienen un cuerpo extraordinariamente fuerte, está pensado para armonizar con la fuerza extraordinaria de su voluntad.
A los niños Escorpio les gustan las peleas, y cuando pelean lo hacen con intención de ganar. Las componendas no son para ellos. Aunque finjan ceder, lo que hacen no es más que ganar tiempo hasta poder reiniciar la contienda en otro frente, en donde la ventaja esté de su parte.
Tan pronto como sepas que la cigüeña llegará en noviembre o para fines de octubre, vete a comprar un parque, grande y resistente, pues lo necesitarás. Cuando haya nacido el bebé podrás meterte en él para leer un libro o para comer en paz, tras la seguridad de los barrotes. Tal vez la vendedora te mire extrañada cuando te tiendas en el suelo acolchado de plástico azul para medir el tamaño, pero no le hagas caso. Si no puedes soportar la mirada de un extraño, ¿cómo vas a enfrentarte sin retroceder con los ojos ardientes de tu propio hijo? Tan pronto como sea capaz de enfocarlos bien, el bebé Escorpio te inmovilizará con sus ojos, e hipnotizándote te hará obedecer todos sus caprichos. Imagínatelo, sentado en el suelo con las piernas cruzadas, con su pañal y un turbante, tocando la flauta mientras tú te meces, impotente, hacia atrás y hacia adelante, como una serpiente en su cesto. ¡Por favor! Ya ves que es mejor que empieces desde ahora mismo a acorazarte contra su magia negra. A esa vendedora, clávale inmediatamente una mirada de hielo. Es tu dinero el que estás gastando, ¿no? Y aunque tu actitud pueda parecer un poco extraña, ella no es quien para decirte nada. La cliente eres tú, que es como decir que tú eres quien manda. Con pequeños matices, es exactamente la actitud que tendrás que adoptar para hacer frente a tu pequeño Escorpio. Es tu casa, y si tus reglas parecen un poco raras, el bebé no es quien para objetarlas. Tú eres la madre, y por consiguiente quien manda eres tú. Y mientras lo dices, clava en él tus ojos.
Tendrás un trabajo bien a tu medida, pero también un desafío interesante. Un niño Escorpio necesitará una disciplina firme y constante. Tendrás que enseñarle a ser considerado con los débiles, a saber perder, a respetar la autoridad y a perdonar cuando alguien le hiera. Mientras vayas formando su bello carácter, te verás tu misma impresionada por su mentalidad brillante y por el magnetismo de su personalidad. Bien vale la pena estimular ese coraje y esa honradez excepcionales, y protegerlos de la influencia de un súper yo capaz de pervertirlos o de destruirlos.
Escorpio puede elegir dos caminos: el de elevarse hacia lo alto y el de sumergirse en lo bajo. Es posible que durante un tiempo estés convencida de que opto por el callejón del fondo, ya desde antes de haber aprendido a caminar. Las madres indecisas, nerviosas o blandas tienen la batalla perdida antes de librarla. Cuando apenas haga pinitos, el pequeño Escorpio te mirará echando chispas cuando le prohíbas que toque algo. Mírale tú también fijamente, bondadosamente pero con firmeza. Ya se que es difícil lograr una mirada así; practícalo. Sonríe entre los dientes apretados y di que no, en voz alta, con enfática convicción. No habrás ganado más que una batalla, porque las hostilidades se reiniciarán una hora después, pero es un paso adelante en tu largo camino. Finalmente, el pequeño Escorpio empezará a admirarte por la fuerza con que le resistes. Es un niño que solo puede aprender de aquellos a quienes siente mas fuertes que él. Naturalmente, sabe que la victoria de los otros no se debe más que al tamaño actual de él, y que algún día te vencerá, pero mientras tú o el padre seáis más grandes os respetará a regañadientes. Para cuando sea lo bastante alto como para poner de espaldas a su hermano mayor o hacerle una llave de judo al padre, tu labor habrá concluido. Te sentirás un poco agotada, pero orgullosa, y él estará en camino de convertirse en un Águila esplendida, en vez de ser un Escorpio punzante y vengativo. Una advertencia: no olvides que tu firme disciplina tenga un generoso complemento de amor y afecto, porque si no tu hijo podría convertirse en una lamentable Lagartija Gris, torturada por miedos y fobias, amarga y retraída.
Con su modalidad desenfadada y a veces sarcástica en el habla y en los modales, tu hijo parecerá franco y directo, pero no por eso será menor su necesidad de intimidad; tiene sus pequeños secretos, en los que no debes entremeterte. Dale un estuche grande de metal, con llave, donde pueda guardar sus cosas personales, o un cajón especial para él solo, que por estricto acuerdo nadie más de la familia tenga derecho a abrir. En cuanto a las niñas Escorpio, cuando crezcan querrán tener un diario con una buena cerradura.
Son niños que ocultarán su pensamiento, pero a ellos será imposible esconderles nada. Descubrirán todos los secretos vergonzosos de la familia, desde los dientes postizos de tía Berta y las ocasionales borracheras del primo Andrés hasta el postizo con que papa disimula la calvicie. También son expertos en localizar calcetines, llaves, billetes y lápices para labios perdidos, como detectives en miniatura que para resolver cualquier misterio se valieran a partes iguales de la fría lógica y de la brujería.

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