Dispóngase a sumergirse en las desconocidas profundidades de una pasión que ni siquiera Capricornio imagina. El primer paso es dejarse guiar por los sentimientos y cancelar la razón por un tiempo… Su pareja puede estar locamente enamorada de usted, y ser su amante ideal, pero cuando persiste ese zumbido de la mente capricorniana -«¿Cuánto puede durar esta felicidad?»-, hasta el amante más perfecto puede marcharse en busca de mayor confianza: La lógica es un compañero demasiado frío.
El amor no es como un electrodoméstico, garantizado por cierto tiempo y que puede descartarse si a usted no le gusta. El amor es impredecible e incontrolable, y eso es lo que lo hace excitante para casi todas las personas… Y también para Capricornio, si es capaz de entregarse lo suficiente y admitirlo.
Confiar en las personas es más sencillo de lo que usted cree. Intente un acercamiento gradual, confíe un poco, luego un poco más, hasta que esté preparado para confiar en su pareja completamente. Lo conseguirá. No hay prisa. Un cierto control de esos berrinches capricornianos también servirá para estimular la pasión.
Pocas personas están dispuestas a ser sometidas a un vaivén emocional permanente. Espere que el amor sea bueno, y permita que su energía natural y su entusiamo resplandezcan. Si piensa negativamente, de inmediato se encontrará debatiéndose entre densos nubarrones que usted mismo habrá creado.
Trate de despojarse de tanto en tanto de su máscara de persona capaz y fuerte para que su pareja pueda ver claro su centro vulnerable y no sólo percibirlo vagamente. Permita que alguna vez sean los demás quienes lo tomen a su cargo, que decidan y lo guíen en el amor.
Controlar constantemente es agotador, y usted pronto lo descubrirá si puede entregarse y relajarse. La meditación, los masajes, el ejercicio y la posibilidad de compartir sus temores así como su confianza, son actitudes que lo ayudarán a despojar de tensiones el sexo y el amor, y a abrir su alma de Capricornio a su auténtico potencial pasional.
