También es probable que sientas la fuerte necesidad de escapar de todo lo que es rutinario y aburrido. Esa tendencia puede manifestarse en un aumento de creatividad, súbitos sentimientos religiosos o místicos y una fascinación por la magia o el ocultismo. También aquí se necesita discriminación (tal vez mediante el consejo de otra persona) y sentido común para mantener el equilibrio y usar este tránsito de la manera más constructiva posible.
Sin embargo, dar un paso atrás y mantener la objetividad en esas circunstancias es algo mucho más fácil de decir que de hacer. Tus sentimientos pueden ser demasiado abrumadores para dejarte margen para el desapego o el autocontrol. Entonces, tal vez no te quede otra opción que la inmersión total en la experiencia, entregándote a lo nuevo y excitante sin reservas. Finalmente, puede ser que te veas desilusionado, traicionado y desequilibrado. Pero si se asimilan adecuadamente, experiencias de este tipo te pueden enseñar algo que no habrías aprendido si durante todo el tiempo hubieras reprimido tus impulsos y actuado como de costumbre.
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