Primavera

21 de Marzo al 21 de Junio

La astrología moderna ha fijado el comienzo del año astrológico en el 0° de Aries (21 de marzo). En este equinoccio de primavera, que simboliza el renacimiento, los días y las noches tienen la misma duración. La astrología ha tomado como modelo el hemisferio norte (en el hemisferio sur la primavera se inicia aproximadamente el 23 de septiembre). A medida que la estación avanza, los días se tornan más largos y las noches más cortas. La primavera ocupa el primer trimestre, o segmento de 90°, del ciclo anual y se extiende desde el equinoccio de primavera al solsticio de verano.
Por tradición, la primavera es un período de resurgimiento. A medida que la tierra y el aire se calientan, el fuego del sol derrite el hielo y la nieve del invierno. Las lluvias y los ríos crecidos riegan la tierra y brota la nueva vida. La siembra de cereales y hortalizas comienza cuando las noches se acortan y ha desaparecido el peligro de las heladas. Las semillas germinan en la tierra, las plantas nacen y rápidamente empiezan a crecer. Aparecen las primeras flores que, junto con los pájaros recién nacidos y los animales que retornan de su emigración o despiertan de su hibernación, añaden belleza y vitalidad a este cuadrante del año. También la gente pasa más tiempo al aire libre y lleva menos ropa, aunque más colorida, a medida que los días se alargan y la temperatura media sube. Más luz diurna significa más tiempo disponible para recrearse y disfrutar del entorno natural.

LOS SIGNOS Y LOS PERÍODOS DE LA VIDA

La primavera abarca tres signos astrológicos: Aries, el principal signo de Fuego, Tauro, el signo fijo de Tierra, y Geminis, el signo mutable de Aire. En términos humanos, estos signos pueden compararse con la vida del individuo desde su nacimiento hasta los 21 años. En este período activo del desarrollo humano, que abarca el nacimiento, la primera infancia, la niñez y la adolescencia, se producen muchos de los procesos de crecimiento, diferenciación y desarrollo que ocurren en el mundo natural durante la primavera.
Este primer cuadrante del Gran Ciclo de la Vida está regido por la facultad de la intuición y puede considerarse como un período de crecimiento que se manifiesta objetivamente y tiene una orientación inconsciente, es decir que, aunque el crecimiento objetivo se produce exteriormente en la naturaleza y en los seres humanos, el estado interior es altamente subjetivo.
Desde el punto de vista astrológico, esto guarda relación con el hecho de que Aries, Tauro y Geminis están regidos respectivamente por Marte, Venus y Mercurio, planetas que pueden clasificarse como «próximos» o «personales», ya que son relativamente pequeños y están cerca de la tierra y el sol.
El período de desarrollo humano comprendido entre 0 y 21 años también muestra una gran orientación subjetiva o personal. En gran medida, el niño ve el mundo como una prolongación de sí mismo, y su comprensión de la vida está salpicada de intuiciones y de poderosos impulsos inconscientes. La capacidad del niño para absorber y asimilar las impresiones del mundo exterior es asombrosa. En ocasiones, el joven está a merced de esas fuerzas poderosas y no actúa de una manera racional o consciente.

LA PERSONALIDAD DE LOS NACIDOS EN PRIMAVERA

En general, los nacidos en la primavera manifiestan mucho entusiasmo por la vida. Tienen una energía prodigiosa para iniciar proyectos y una notable habilidad para sobrevivir o adaptarse. Más extrovertidos que introvertidos, son proclives a hacer sentir su influencia en su entorno; sin embargo, no destacan precisamente por su capacidad para dedicarse de forma disciplinada o sumisa a una sola actividad.
Quienes pertenecen a estos signos gozan compartiendo lo que piensan, crean y producen y necesitan, en mucha mayor medida que los nativos de otros signos, que sus obras sean apreciadas y aprobadas. Una de sus características es el deseo de ser libres, por lo cual es probable que no reaccionen bien cuando se les imponen restricciones; necesitan crecer, expandirse y dejar su impronta en el mundo.
Los nacidos en este período a menudo conservan un aire infantil durante toda la vida. La inocencia, la espontaneidad y la impulsividad son rasgos característicos de su personalidad. Sus puntos de vista son optimistas, por lo que es posible que les moleste la seriedad y que tengan poca paciencia con los pesimistas.