Pareja Capricornio con Capricornio

Pareja Capricornio con Capricornio

La unión entre dos personas nacidas bajo el mismo signo astrológico, usualmente, está basada más en la afinidad de carácter que en el cualquier otro factor.

Se trata de un tipo de relación en la que la sintonía de carácter, unida a la comunión de perspectivas vitales, ofrece a ambos promesas de entendimiento y, en este caso, al tratarse de dos signos de tierra, fuertemente enraizados en el plano material, también de durabilidad, firmeza y seguridad.

Si algún signo es insistente en sus propósitos, éste es el industrioso Capricornio, un signo que rara vez tira la toalla cuando se ha fijado una meta, sobre todo porque a su perseverancia natural se le une su objetividad fría y calculadora, que siempre le hacen apostar por metas realistas y conquistables.

Acostumbrado a caminar cuesta arriba, como las cabras, y muy identificado con el mito de Sísifo, el capricomiano, en su solitaria persistencia, no desfallece ni se aparta de su itinerario prefijado de antemano.

A él, que siempre antepone sus metas profesionales a cualquier otra consideración, no le resulta fácil ocupar su tiempo en relacionarse y mucho menos se aviene de buen grado a renunciar a sus propósitos de hacer carrera por mantener una relación de pareja y mucho menos si ésta no promete ser mínimamente estable.

Capricornio, mejor que nadie, sabe que la supervivencia del amor exige renuncias, entrega y decisiones arriesgadas que no ofrecen la oportunidad de dar marcha atrás ni de permanecer en punto muerto mucho tiempo.

Esta compartida filosofía de vida a ambos les permite unirse sin sobresaltos ni autoengaños y con la firme convicción de que alguien que observa la vida con parecidos ojos es la mejor garantía para mantener una relación feliz, duradera, basada en el apoyo mutuo y no contaminada por espejismos inalcanzables.

Sin duda, ambos querrán desarrollar sus propias carreras y recíprocamente se animarán y actuarán de sostén el uno del otro, porque su relación constituye para ambos una inversión a plazo fijo.

Seguramente, pocas cosas gratifican tanto a Capricornio como el hecho de encontrar un alma gemela que conciba las relaciones de pareja al uso tradicional.

La fidelidad, el compromiso, la seguridad y la duración son elementos irrenunciables e innegociables para ambos, que siempre se decantan más por una relación estable y previsible que por cualquier otra opción, por muy arrebatadora y pasional que pinte.

En su fuero interno, más rayano con el pesimismo y con la visión trágica de la vida, rara vez se da una discordancia entre la realidad y las esperanzas depositadas en ella.

El sentido práctico que a ambos caracteriza no sólo les permite amarse sin estridencias, sino algo mucho más importante: amarse sin perder el norte de su vida, amarse sin obligarse a renuncias diabólicas, amarse, en definitiva, fusionando dos proyectos en uno sin llegar a confundirlos o a anularlos.

Bajo esta perspectiva, por igual saben crear un ecosistema de pareja que responde firmemente a sus particulares exigencias que, como ya se ha dicho, siempre están establecidas de antemano y sólo necesitan del tiempo necesario para que den sus frutos.

El tiempo, dicho sea de paso y, contrariamente a lo que le ocurre a la mayoría de las parejas, es el factor que más hace progresar esta unión en todos los sentidos, no sólo porque los capricomianos son lentos para todo, sino porque el tiempo, regido por Saturno, su fiel amigo, siempre juega a favor de los que, como ellos, saben sintonizar con su cadencioso e irrevocable paso.

Qué tienen a favor

Entenderse hablando no constituye ninguna dificultad para esta pareja, que usa un tono sosegado e intimista para comunicarse y suele hacerlo con concisión, argumento, veracidad y, sobre todo, con pertinencia.

Hablar por hablar a ninguno de los dos les atrae y ambos prefieren los silencios que unen más que los discursos que separan.

Capricornio es uno de los pocos signos que respetan el silencio ajeno y no fuerzan a su pareja a hablar en contra de su voluntad.

Su afín percepción del porvenir les permite diseñar un proyecto de futuro común con el que ambos se sientan vinculados e identificados.

Su compartida afición a marcar objetivos progresivos y realistas les ayuda a no dar pasos en falso; un hecho que, unido a su sentido del deber y la responsabilidad, les permite estar siempre «a las duras y a las maduras» y prosperar en un sentido materialista y económico.

En la esfera sexual, sus naturalezas femeninas y pasivas, a priori, sugieren desencuentro; no obstante, Capricornio es un signo cardinal que sabe tomar la iniciativa y ser apasionado cuando lo considera oportuno y con un hermano de signo siempre termina entendiéndose.

Sus similares costumbres y sus hábitos nocturnos les permiten funcionar con un ritmo parecido en el que los tiempos de trabajo y de aislamiento, cada uno en su personal isla, se suceden y no se entorpecen mutuamente.

Capricornio sabe moverse con tiempos y espacios y siempre respeta los ajenos, sobre todo para que respeten los propios.

Qué tienen en contra

No les resulta fácil establecer un modelo de convivencia exento de fricciones, pues la condición cardinal y dominante que a ambos anima les induce a querer tomar el mando absoluto en el ámbito doméstico.

Un hecho que propicia numerosos desencuentros que enrarecen de continuo la relación.

Sus respectivas familias suelen ser un foco constante de conflicto y no ayudan en nada a mantener la paz de esta pareja que, con frecuencia se siente forzada a aislarse para no ser pasto de la crítica de ambas familias.

La escasa sociabilidad que a ambos anima les induce a no prodigarse demasiado en las relaciones sociales y a mantener una actitud excesivamente distante y defensiva con los demás, que en poco les beneficia y que cierra todavía más su hermética relación a nuevos y renovadores estímulos.

En caso de conflicto entre ellos, se muestran duros e inflexibles y tienden a eternizar sus silencios devastadores y a poner en juego su común afición a desaprobar o ridiculizar al otro.

Pactar es un verbo que a ambos les cuesta conjugar.

Síntesis de la relación de pareja Capricornio Capricornio

La unión de dos capricornianos contiene muchas certezas, quizá tantas que les hacen adolecer de espontaneidad, chispa y gratificaciones superficiales y siempre necesarias.

Instalados en un esquema rígido pero seguro, ambos apuestan por lo mismo y evitan cualquier exceso en la convicción de que la moderación aleja el fantasma de la brevedad, algo para lo que no se sienten preparados y que, por supuesto, evitan, apostando, cómo no, por la longevidad, aun a sabiendas de que es mucho menos divertida.

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