Cómo entender los signos solares

Algún día, el lector querrá sin duda tener los detalles completos de su propia carta natal. Entretanto, puede estar seguro de que el estudio de su signo solar es importante como primer paso. Sin embargo, el estudio del propio signo solar no ha de confundirse con el estudio de las predicciones basadas exclusivamente en dicho signo solar que aparecen en periódicos y revistas. Es posible que con frecuencia tales predicciones impresionen por su exactitud, pero están lejos de ser infalibles.
Solamente una carta natal calculada para la hora y el minuto precisos del nacimiento del consultante puede ser, en un ámbito tan especializado, realmente digna de confianza.
Por otra parte, no hay que creer la tan corriente acusación según la cual ese tipo de predicciones no son más que <>. Esta afirmación es igualmente falsa. Las predicciones (aunque seria mejor hablar de indicaciones) se aplican, tal como se las presenta, a la persona Tauro, Piscis o Virgo, individualmente. No son validas sin discriminación para cualquiera de los doce signos solares.
Quienes las escriben son profesionales competentes que se basan en cálculos matemáticos de los aspectos que se forman entre el Sol natal del consultante y los planetas que se mueven en lo alto, y que, en esa misma medida, ofrecen un alto grado de precisión. Las discrepancias se deben al hecho de que no son cálculos basados en el grado exacto del Sol natal de cada lector, ni en los aspectos adicionales condicionados por los otros ocho planetas de su carta natal, sin hablar de su Luna natal. Así y todo, estas indicaciones pueden ser interesantes y útiles, siempre y cuando se tengan en cuenta las discrepancias.
El Sol es el más poderoso de todos los cuerpos estelares. Influye de modo tan decisivo en la personalidad que es posible dar una imagen asombrosamente exacta del individuo nacido en el momento en que este astro ejercía su poder a través de las influencias conocidas y predecibles de un determinado signo astrológico. Estas vibraciones electromagnéticas (ya que en el estado actual de la investigación no tenemos mejor término para designarlas) seguirán, a lo largo de toda la vida, imprimiendo en esa persona las características de su signo solar.
El Sol no es el único factor que hay que tener en cuenta en el análisis del comportamiento humano y de sus rasgos, pero es, con mucho, la más importante entre las consideraciones aisladas.
Hay astrólogos para quienes un libro sobre los signos solares es una generalización comparable a la que implica reunir en un solo grupo a todos los polacos, irlandeses, chinos, negros, italianos o judíos, o para el caso, a todos los carniceros, panaderos, fabricantes de velas, comerciantes o jefes de tribu. Por más que yo respete su opinión, no puedo coincidir con ellos. Es verdad que los signos solares pueden llevar a conclusiones erróneas si no se los usa con la actitud correcta. Pero a falta de una carta natal, superan en mucho a cualquier otro método rápido y fidedigno de analizar a la gente y aprender a entender la naturaleza humana.
El signo solar de un individuo alcanzará una exactitud aproximada del ochenta por ciento, y en ocasiones hasta del noventa. ¿No es acaso mucho mejor que no saber nada? Claro que el diez o el veinte por ciento restante es importantísimo y hay que tenerlo en cuenta, pero si uno conoce el signo solar de una persona, está sustancialmente mejor informado que quienes nada saben de ella en absoluto. No hay peligro alguno en aplicar este conocimiento, si ello se hace con discreción. Instale el lector en su mente un policía imaginario que no deje de advertirle que puede errar el blanco por ese diez o veinte por ciento, y de esa forma podrá valerse con confianza del método.
¿Qué es un signo solar? Una zona particular del zodíaco, ya sea Aries, Tauro, Géminis o la que sea, en la cual estaba situado el sol en el momento en que alguien respiró por primera vez, una posición exacta tomada de una serie de tablas a las que se llama efemérides, calculadas por los astrónomos. Como se señala en la nota al lector que precede al índice, si alguien nació el primero o el último día de cualquier período de un signo solar, tendrá que saber la hora exacta del nacimiento, así como las coordenadas geográficas del sitio en que éste se produjo, para establecer si a esa hora el sol había cambiado o no de signo. En otras palabras, las fechas que señalan el comienzo y el término de los períodos de signos solares en diferentes libros de astrología son aproximadas, y recordarlo es importantísimo.

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