El bebé Aries

El bebé Aries adora el sonido de su propia voz, especialmente cuando consigue que sus padres y otros adultos le den exactamente lo que él desea. Es exigente y enérgico, pero esa deslumbrante exhibición de amígdalas no dura mucho tiempo: Aries puede estar aullando a punto de estallar y al minuto siguiente sacar a relucir esa sonrisa suya tan peculiar capaz de ablandar el corazón más duro.

Ansioso por llamar la atención, pero también con necesidad de ser independiente, Aries no es un niño fácil. Está lleno de deseos frustrados y de ambiciones que quizás excedan sus posibilidades: apenas ha logrado poder sentarse y ya está desesperado por gatear, caminar, correr, saltar. Ayúdelo a conquistar esos desafíos físicos, y mímelo cuando fracasa o se cae, y será amigo de este Aries para toda la vida. Y ésa es una recompensa muy especial porque, aunque Aries es sonriente y sociable al máximo, reserva su verdadera confianza para unos pocos favoritos.

En medio del gran alboroto de su vida, Aries necesita momentos tranquilos para relajarse y compartir mimos especiales o su cuento favorito. Las conversaciones y cantar y jugar a un montón de juegos proveen los estímulos que necesita este espíritu libre; pero cada vez que le sea posible, intente permitirle llevar la acción y marcar el ritmo. Los esfuerzos destinados a guiar al niño Aries en la dirección errónea o a una velocidad equivocada -demasiado lenta para él- sólo conseguirán irritar a este poderoso llorón.

Déle toda la libertad que pueda para que explore y pruebe el mundo a su manera y vigílelo todo el tiempo, particularmente cuando esté cerca de peligros tales como el fuego y los cuchillos. Y guarde las reprimendas para las oportunidades en que realmente se haya portado mal. Las críticas excesivas podrían hacer que el niño Aries se replegara en su interior, haciendo opaco su brillo natural.

Signo Aries