El empleado Acuario

No debe costarle a usted mucho reconocer a su empleado Acuario. Es ese que tiene tantos amigos. Si, el que esta mañana se olvidó la cartera…, el mismo que el mes pasado apareció por su despacho para pedirle prestada la estilográfica y como quien no quiere la cosa le dejó una idea de producción que, según el último informe del revisor de cuentas, ya le ha hecho ahorrar 30.000 dólares a la empresa.
También le resultará muy fácil recordar el día que lo contrató. Lo primero que usted pensó era que venia a venderle un palco en el estadio, después le pareció que estaba recogiendo fondos para las representaciones de Shakespeare al aire libre y finalmente creyó que estaba haciéndole una de esas encuestas políticas… y hasta después que se hubo ido no se dio cuenta de que, en realidad, había venido a buscar trabajo. Pero si usted no lo recuerda, le apuesto cinco a uno a que su secretaria si. Aparentemente, los hombres Acuario siempre producen en las mujeres una impresión inmediata y duradera, incluso los que tienen el aspecto de cachorros descuidados y hambrientos, con una cara que recuerda vagamente a la de algún boxeador. Habrá quien se precipite a llegar a la conclusión de que lo que está en juego es el instinto maternal, pero es posible que se equivoquen. La verdadera atracción de Acuario para las mujeres reside en su absoluta indiferencia ante la existencia de ellas; es eso lo que las perturba. Es un desafío al que no pueden resistirse, de manera que se vengan, ya sea procurando seducirlo o mostrándose tan desdeñosa como él, sin que ninguna de las dos actitudes haga mella ni remotamente en el empleado Acuario. Es capaz de mostrarse ciego durante semanas enteras para su colaboradora femenina, de no verla, literalmente, hasta que una hermosa mañana de primavera la deje súbitamente azorada al decirle que tiene los ojos exactamente del mismo color de un huevo de petirrojo que el encontró una vez en un árbol, y ella esta lista. Completamente perdida, quiero decir: durante ese día ya no podrá escribir una sola palabra a máquina.
Convivir con un empleado Acuario puede ser euforizante y dejarle a uno un poco sin aliento. No porque sean extrovertidos ni extravagantes ni bromistas, al contrario. Muchos Acuarios son sobrios, distantes, tranquilos, y tienen muy poco que ver con el loco mundo que los rodea. El único problema es que esa distancia que han tomado es en la dirección de unos cincuenta años hacia el futuro, y cuando cada tantos días vuelven su cohete al presente, vienen cargados con unas cuantas ideas raras de la estratosfera. Si es usted un jefe despierto, una vez por semana llamará a su empleado Acuario a charlar un rato en su despacho; quizá resulte positivo. ¿Quién sabe cual puede ser la cosecha? Cuando él le diga con el mas correcto de los lenguajes técnicos que es lo que anda mal con ese tornillo que se afloja bajo el cuarto perno de esa máquina nueva que está siempre descompuesta, es posible que usted empiece a preguntarse si realmente no habrá hecho una escapadita a Marte desde ayer, cuando se lo encontró en el ascensor. Y mucho mas cuando estudie el archivo del personal y compruebe que no siguió ningún curso de ciencia ni de mecánica en la Universidad. Claro que una charla informal con él no siempre será tan provechosa. Es posible que después de una de esas conversaciones confidenciales sea él quien salga de su despacho con un cheque por algunos miles de dólares para fomentar la práctica del baloncesto en las reservas indias, o para la Sociedad Investigadora de Fenómenos Parapsicológicos de Esmirna. Los intereses de Acuario no tienen límites.
Lo más fácil es que ese joven aparentemente tranquilo, inteligente y amistoso no se quede el tiempo suficiente para que usted se acuerde de su cara. El varón Acuario empezará desde arriba, abriéndose camino en pocas semanas, o decidirá seguir solo como compositor, fotógrafo, ornitólogo, bailarín, cantante, payaso, escritor, juglar, atleta, geólogo, anunciador de radio o de televisión, etc., o bien se irá de su oficina para pasar de un trabajo a otro, “en busca de sí mismo”. Y algún día se encontrará, vaya. Cuando eso suceda, lo más probable será que se asiente para toda la vida en un lugar. Hasta ese momento de la verdad, sin embargo, nuestros amigos regidos por Urano se pasan un tiempo vagando, simplemente; experimentando, aprendiendo, mirando, investigando y haciendo nuevos amigos.
No es sentimental por naturaleza. Tiene una actitud científica, pero también se interesa intensamente por la gente; por lo que la hace reír y por lo que la hace llorar. Un nativo de Acuario no tiende a los excesos emocionales (a no ser en las raras veces en que está en mitad de un proceso de comportamiento excéntrico, tal vez como reacción a alguna experiencia personal muy perturbadora). Lamentablemente, es frecuente que sus ideas y opiniones sean consideradas irracionales y poco prácticas, pero eso se debe simplemente a que quienes le critican no transmiten en la misma frecuencia, ya que la de él está adelantada en medio siglo. Imagínese usted cómo se habría sentido su abuela si a finales del siglo pasado algún Acuario hubiera tratado de describirle la televisión en color y los astronautas que descendían a la Luna, y eso le dará una idea bastante aproximada de cómo son recibidos los Acuarios de hoy cuando empiezan con su teoría de la máquina del tiempo y de la forma en que se la podría diseñar, con válvulas de seguridad para que una conexión defectuosa no haga que uno se pierda en algún momento de 1770.

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